Las decisiones marcaron un antes y un despues en mi, no seguí siendo la misma Eve.

jueves, 27 de octubre de 2011

Siempre he pensado que todas esas personas que engañan a sus parejas son estúpidos e inmaduros, gente que no sabe afrontar la realidad y decir la verdad, optan por el camino más fácil, el de ocultar las verdades.
Es demasiado fácil mirar desde fuera y opinar, para mi lo fue. Critiqué todo aquello que me parecía incorrecto e inmoral, quizá porque yo nunca estuve en esa situación.
Ahora, me veo engañando a la persona que se supone que es la que más quiero, pero ya no sé que pensar. Se que le necesito y que no veo mi vida sin el, sin que me de los buenos días o que me cuente todas las tonterías que se le pasan por la cabeza, pero sé que cuando estoy lejos de él me olvido de todo y necesito a otro. Necesito que este otro me llame princesa, que me de las buenas noches de esa forma tan especial que tiene él de darlas. No quiero hacer daño a mi novio, porque se que me quiere, pero yo ya no estoy segura de si le quiero o no. Se que antes me moría por hablar con él y escuchar que bonito sonaba la palabra te quiero en sus labios. Ahora ya ni sonrío cuando me lo dice y me siento absurda diciéndole que yo también, o estúpida y mentirosa cuando le digo que yo más, porque realmente no sé si es lo que siento.
Ni en mis peores sueños consigo saber quien es el único de mi vida,
si te quiero o no, si ya le olvidé o si sigue en mi corazón.
Mis amigas me dicen muchas cosas: unas que si busco fuera es porque el algo no me da, algo que dudo, porque es realmente perfecto; otras que tengo miedo a que me quieran y que huyo de él inconscientemente, quizá pueda ser eso; y otra de mis amigas me dice que mi corazón no está hecho para que lo ocupen mil personas, que solo lo puede ocupar uno, y que cuando mi novio llegó, mi corazón ya estaba ocupado.

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